Discriminación de género.
La discriminación de género
se traduce en el tratamiento injusto hacia una persona a cause de su género.
Esta problemática afecta tanto a hombres como a mujeres. Es evidente en
situaciones laborales en donde existen tratos preferenciales según el género de
los empleados, o algún empleado recibe un salario menor o menos
responsabilidades de trabajo debido a los prejuicios de género y a los
estereotipos injustos. La discriminación de género también existe en los
deportes, en instituciones educativas y en organizaciones políticas; además se
puede experimentar cuando las personas buscan una vivienda o solicitan un
crédito.
La discriminación de género
se produce cuando se trata de manera desigual a la personas según su género.
Esta problemática no se basa únicamente en las diferencias de género, sino
también en cómo las personas reciben un trato diferente debido a esas
diferencias. Los empleadores que ofrecen condiciones de trabajo y oportunidades
de ascenso diferentes para los hombres y las mujeres violan las leyes contra la
discriminación. Los prestamistas que ofrecen mejores condiciones salariales a
un género sobre el otro también violan las leyes contra la discriminación. La
discriminación de género es ilegal y existen varias leyes para prevenir y
eliminar las prácticas discriminatorias.
De otro lado, en las
organizaciones es común que la ‘promoción de personal’ se base en criterios
como la antigüedad en la empresa o en el cargo. De acuerdo con la investigación,
“la antigüedad como criterio de promoción presenta algunas limitaciones para la
mujer, dado que en muchos casos ellas presentan periodos de discontinuidad
debido a la maternidad o el cuidado de los hijos”.
¿Cómo
contrarrestar la discriminación?
Para contrarrestar la
discriminación de géneros se debe trabajar mucho en la educación, ya que esta
es la base de todo comportamiento; se debe educar tanto a hombres como a
mujeres, pues ambos deben saber cuáles son sus derechos y como hacerlos valer.
Se debe comenzar educándolos, primero que todo, en la aceptación del propio
sexo, de tal manera que cada niño o niña pueda construir su propia identidad
partiendo de un auto concepto positivo y saludable. Al mismo tiempo se debe
trabajar tanto en el entorno familiar como en el social, ya que la construcción
de los roles sexuales se produce a través de procesos de observación e
imitación, es decir, el/la niño/a observa e imita tareas, actividades y roles
que comúnmente suelen asignarse según el sexo. Se trata también de fomentar la
comunicación entre ambos sexos basándose en el respeto mutuo, en el
conocimiento acertado de igualdad y en la aceptación con vivencial.
Es muy importante resaltar
que esta labor de educación se trabaja conjuntamente entre el entorno familiar
y el entorno escolar, ya que la escuela constituye el primer espacio de
socialización diferente al núcleo de convivencia primario (la familia), por lo
tanto, contribuye enormemente en el desarrollo de los niños y las niñas en sus
primeros años, donde ellos viven diferentes experiencia y aprendizajes, y
colabora con la familia compensando desajustes de origen diverso, entre los cuales se puede encontrar los que
provienen de prejuicios sexistas y que pueden ser corregidos, mediante
intervenciones intencionadas que traten a los dos sexos desde la perspectiva de
la igualdad de oportunidades.
A lo que quiero hacer
referencia es a que para poder ver cambios debemos comenzar a trabajar desde ya
en las generaciones nuevas (los niños),
para poder ir cambiando esa mentalidad discriminativa, y estas a su vez cambien, sin darse cuenta, la mentalidad de
las generaciones futuras.
Comentarios
Publicar un comentario